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Dos hombres y una nena de 8 años murieron ahogados y unas cuatro mil personas fueron evacuadas a raíz de un fuerte temporal de agua, viento y granizo que desbordó un arroyo en la ciudad santafesina de Cañada de Gómez allá por el año 2000.

Ayer, se cumplieron 22 años del terrible suceso que impactó a toda una región. En ese entonces, según las autoridades locales, en menos de una hora cayeron 150 milímetros de agua y en algunos sectores del barrio más afectado la crecida superó el metro ochenta.

“Fue terrible, la lluvia más importante en años”, sentenció el comisario inspector Omar Orellano, subjefe de la Unidad Regional N° 10 de ese entonces de 37 mil habitantes. La tempestad arrasó con casas, autos, árboles y animales.

“El arroyo (Cañada de Gómez) nos tiene acostumbrados a sus desbordes, pero nunca tuvimos que rescatar tanta gente”, agregó Orellano.

Además de los evacuados, que fueron trasladados a cinco colegios de la zona, dos mil personas sufrieron las consecuencias del temporal al ser alcanzadas por el agua, con lo que el total de afectados llega a seis mil. Se calcula que en 300 viviendas habrá que iniciar obras de reconstrucción.

El barrio más afectado se llama 2 de Agosto (también conocido como Usina). Nació a orillas del arroyo y era habitado por unas diez mil personas.

Ese día, mientras algunos evacuados regresaban a sus casas, un grupo de buzos tácticos de la Policía de Santa Fe continuaba trabajando para dar con otras posibles víctimas. Pero por la noche, Bomberos y Defensa Civil indicaron que los rastrillajes en búsqueda de cuerpos fueron negativos, por lo que, en principio, no había personas desaparecidas. Tampoco recibieron ninguna denuncia al respecto.

Todo ocurrió un miércoles 22 de noviembre, pasadas las 18, cuando el caudal del arroyo creció de un modo escandaloso, burlando las nuevas obras hidráulicas que se hicieron en su cuenca.

A esa hora, el sodero Abel Girardi (42) intentó cruzar un puente que une norte y sur de la ciudad, a la altura de la calle Ovidio Lagos. Sin medir la fuerte correntada del arroyo, Girardi “fue alcanzado por el agua que había sobrepasado el puente. Su rastrojero quedó tumbado”. Después se informó que el hombre —viajaba solo— murió asfixiado en la vieja camioneta.

Casi al mismo tiempo, María Marta Cabrera (8) fue arrastrada junto con su madre. La furia del temporal las separó y a la nena la encontraron muerta ayer a las 8.30. Estaba embarrada y cubierta de yuyos. Eva Gómez, su madre, está internada con lesiones leves en el Hospital San José, de esa ciudad.

“Los Cabrera tenían cuatro chicos y vivían en una casita precaria a orillas del arroyo. Cuando notaron que se venía la tempestad, subieron al techo de su vivienda, hasta que éste se desmoronó. La mujer se aferró a la chiquita de 8 años y su marido se hizo cargo de los otros tres menores. El agua se las llevó”, contaron en la radio Cañada de Gómez.

La tercera víctima fue identificada como Alberto Alejo Rivadero, de 64 años, changarín, cuyo cuerpo fue encontrado por la Policía a la vera del arroyo.

Ayer, 22 años después se siguen recordando sus víctimas. En la ciudad hubo una misa en conmemoración a las 19.30 en la parroquia. Desde el Municipio expresaron: “Hoy nuestro arroyo, símbolo de esperanza”.


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